Él tenía una mano en el volante y la otra en mi corazón.
Miro alrededor y bajo la radio, él me dice: ''¿Qué? ¿Pasa algo malo?''.
Y dije: ''Nada, tan solo estaba pensando, ¿cómo es que no tenemos una canción?''.
Entre risas él empezó a decir: ''Nuestra canción es el portazo de la puerta saliendo a escondidas. Cuando estamos al teléfono y hablas bajo porque es tarde y tu madre no lo sabe. Nuestra canción es tu forma de reír, la primera cita cuando dije 'Tío, no la bese pero debería de haberlo hecho' ''.
Y cuando vuelvo a casa, antes de decir adiós le pido a Dios si puede volverla a repetir.
Estaba subiendo las escaleras después de todo ese día, todo había ido mal, olvidada y dejada a un lado.
Llego hacia el pasillo, hacia mi cama.
Casi no me doy cuenta de las rosas y de la nota que decía: ''No olvides nuestra canción, por más que peleemos, nunca olvides que te quiero y que eres especial''.
Escuché todos los albumes y la radio, esperando a que alguna sea tan buena como nuestra canción.
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